Huid con todos vuestras fuerzas de la depresión.
La vida es el camino que debemos recorrer, y que ya sabemos que se nos presenta como una carrera de duros obstáculos.
Es un periodo corto muy corto, pero muy intenso para nuestro espíritu.
Contemplar el cielo las estrellas, el universo cuando os sintáis grandes y llenos de orgullo y vanidad…
Somos minúsculos, en un mundo minúsculo, en una fracción de tiempo minúscula.
Solo se nos pide en esa fracción aprender a ser ser mejores, ser caritativos, no ser malos, crueles, no hacer a otros lo que no queríamos que nos hicieran a nosotros…
Otra cosa no tiene sentido. Todos, después de ese minúscula fracción qué es la vida, volveremos a nuestro hogar espiritual, que es eterno.
¿Qué sentido tiene buscar el mal, siendo tan corta esta vida?
Ver las miserias materiales y espirituales que os rodean, y aportar nuestro grano de arena.
Es todo lo que se os pide, ser buenas personas.
Todo es efímero.
La riqueza, el poder, el odio, ni os hará feliz allí mucho tiempo, y aquí transportareis una pesada losa.
Y si las circunstancias os hunden, buscar siempre la manera de levantaros con ayuda médica, buscando las cosas que os hacen sentir bien, la naturaleza, los deportes, la religión, la ayuda otros, vuestros hobbies….
Huid desesperadamente de la depresión, ese agujero profundo que os impide salir y os hunde hasta asfixiaros.
Hacer el bien, tendréis vuestra recompensa y no tendréis ni siquiera que esperar a vuestra muerte para saborear la felicidad que os irá rodeando.
El mal no lleva a ninguna parte, ni durante la vida que lleváis ahí y mucho menos aquí. Creedme, no merece la pena.