V I A J E S

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Por Divaldo Franco.Profesor, médium y conferencista

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En vista de las comodidades y de la tecnología de elevada calidad, los vehículos modernos permiten acortar las distancias físicas, al mismo tiempo que ofrecen oportunidades excelentes para que se conozcan otros países, sus hábitos y costumbres, sus modos exóticos o clásicos de vivir.

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Deportes inimaginables y edificios destinados a las diversiones se multiplican con celeridad, al mismo tiempo que la necesidad de reposo y de esparcimiento más se acentúa en la cultura contemporánea, llevando a los individuos a viajes constantes. Simultáneamente, negocios de gran envergadura demandan la presencia de personal calificado en diferentes partes del planeta, así como especializaciones, y el perfeccionamiento de técnicas y de estudios avanzados, se muestran atrayentes en los países más desarrollados.

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Especialmente, la búsqueda de gozos físicos y emocionales, las fiestas estruendosas y agotadoras en lujosas naves de turismo, de placer, que surcan los mares, a medida que aviones cada vez más veloces y confortables, facilitan los incesantes traslados a lugares lujosos y animados.

No pocas veces, mientras tanto, los viajes tienen como objetivo encontrar paraísos donde la alegría sea permanente y los problemas desaparezcan, al toque mágico del sexo perturbado, de bebidas especiales, de drogas de alta calidad, a fin de superar el cansancio, el tedio, los trastornos emocionales...

El ser humano, en la búsqueda del gozo, es casi insaciable...

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Se trata de huir de los problemas lógicos de la existencia, se intenta ignorarlos, postergando su solución, lo que más los complica.

La finalidad de la existencia en la Tierra es desarrollar los valores que se encuentran en el interior, que exigen un viaje valeroso y sin cuartel: el de naturaleza interna.

Los conflictos personales y las luchas exteriores forman parte del programa de crecimiento moral y de la búsqueda de la salud integral, de la plenitud. No existe quien no los experimente.

Con sabiduría Jesús afirmó que Su reino, el reino de la paz, no es de este mundo, enseñando que en la Tierra, sólo mediante el esfuerzo de un viaje interior, tratando de eliminar las irregularidades del carácter, se encuentra la más segura y acertada iniciativa que nos cabe realizar.

Las modernas psicoterapias, de igual modo, no solucionan las ansiedades ni los desafíos personales, sino orientan al individuo al esfuerzo saludable de descubrir el sentido de la vida, elegirlo y luchar con empeño. Mientras cada uno no decida hacer esa conquista, los viajes podrán multiplicarse al infinito, pero a donde quiera que se vaya, se llevará también el problema.

Disponemos, gracias a los medios diversos a nuestro alcance, de tesoros valiosos para penetrar en ellos: lecturas edificantes, realizaciones fraternas, solidaridad, acciones de autoiluminación, amor y comunión con Dios.

¡Viaje bien!

Artículo publicado en el periódico A Tarde, columna Opinión, el 16-01-2017.

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